Era una tarde de otoño, aunque parecía una tarde de verano, cuando Carolina y Alejandra salieron corriendo al jardín. Primero corretearon como locas y después cansadas de tanto ajetreo, acostumbradas ellas a pasarse las horas y los días quietecitas en una estantería, se sentaron a la sombra de una higuera.
Fue ahi, al cobijo de la higuera, cuando decidieron hacer una nueva excursión por el jardín y descubrir alguna nueva flor que no estuviese fotografiada aún por mi cámara. Ellas son así, tan exclusivas.
Y encontraron dicha flor, tan preciosa como ellas se sentían con sus nuevos vestidos, venidos como casi todos los de mis barris de mano de Rosana, nuestra bibliotecaria más silvestre.
Y de nuevo lo ha conseguido, ha hecho que mis barris con sus modelitos nuevos puedan rivalizar en belleza con estas flores tan bellas. Vestidos apropiados para estos días de calorcito que pronto hay que abrigarse. Como siempre son vestidos hechos con mucho cariño y mimo, se nota en los detalles y la combinación de éstos.
Y esto es todo. Después agotaditas se fueron a descansar de nuevo a su casita donde las esperaban sus compañeras impacientes por oir las aventuras de éstas intrépidas chiquitinas. Así que las he dejado relatar todo lo sucedido y les he prometido que pronto tendrán otra tarde aventurera, lo que aún no sé es quién será la afortunada en acompañarnos a mi y mis hijos a la próxima sesión de fotos... por lo tanto sólo me queda decir "hasta pronto...".
Era una tarde de otoño, aunque parecía una tarde de verano, cuando Carolina y Alejandra salieron corriendo al jardín. Primero corretearon como locas y después cansadas de tanto ajetreo, acostumbradas ellas a pasarse las horas y los días quietecitas en una estantería, se sentaron a la sombra de una higuera.
Fue ahi, al cobijo de la higuera, cuando decidieron hacer una nueva excursión por el jardín y descubrir alguna nueva flor que no estuviese fotografiada aún por mi cámara. Ellas son así, tan exclusivas.
Y encontraron dicha flor, tan preciosa como ellas se sentían con sus nuevos vestidos, venidos como casi todos los de mis barris de mano de Rosana, nuestra bibliotecaria más silvestre.
Y de nuevo lo ha conseguido, ha hecho que mis barris con sus modelitos nuevos puedan rivalizar en belleza con estas flores tan bellas. Vestidos apropiados para estos días de calorcito que pronto hay que abrigarse. Como siempre son vestidos hechos con mucho cariño y mimo, se nota en los detalles y la combinación de éstos.
Y esto es todo. Después agotaditas se fueron a descansar de nuevo a su casita donde las esperaban sus compañeras impacientes por oir las aventuras de éstas intrépidas chiquitinas. Así que las he dejado relatar todo lo sucedido y les he prometido que pronto tendrán otra tarde aventurera, lo que aún no sé es quién será la afortunada en acompañarnos a mi y mis hijos a la próxima sesión de fotos... por lo tanto sólo me queda decir "hasta pronto...".
6 comentarios:
¡Cuánta ternura! Están preciosos.
Que lindas, y que alegres están!!! Parecen duendecillos, me gusta mucho!! Enhorabuena y a disgrutarlas.
Besos!!
wau me encantan los barriguitas, y las tuyas están muy lindas
Ja, ja, ja, Pepi, bombón!! Qué guapas tus barris, por dios! Les sientan muy bien los vestidos, sí que están hechos con mimo, porque adoro a estas peques, pero es que las nenas son también muy guapas. TU rubita es gemela de la que me regalaste, con esas pecas de sirena y la de las coletitas es monísima tambie´n. Los colores les sientan de vicio, y esas flores tan exóticas son divinas, no parecen naturales!
Mil besos, cariño!
Gracias chicas por vuestra visita, la verdad es que era facil que estuviesen guapas con esos vestidos tan monos, rodeadas de flores y con la ternura que desprenden, los barris son una monada... he oido decir que van a sacar nuevos pero imitando a los antiguos, menos mal que se han dado cuenta que los de los ojos saltones no nos gustan nada, no? besitos
NO,Pepi,los nuevos son horribles!!!!!!!!
Estan preciosos tus barris!
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