Lidia ha sido invitada a una fiesta muy especial para despedir el verano de 2017.
Un verano distinto a los vividos, lleno de cambios, y seguro que será recordado en el futuro, como un punto de partida.
Con un largo viaje de por medio que la hizo olvidar lo malo, para cargarse solo de cosas buenas... donde vio lugares para perderse y quedarse.
Vio casitas de cuentos, bosques encantados y llenos de hadas y duendes; canales llenos de cisnes por los que pasear; castillos y fortalezas evocadores; ríos donde el viaje en barco era un abandono a las sensaciones...
Este verano ha sido muy especial, por eso merecía un vestido espectacular, de largo, para despedirlo como era debido.
Un vestido azul como sus ojos azules... para una fiesta en el mar, azul como su vestido.
De corte sencillo y elegante, como Lidia deseaba.
Parece que por fin dejamos atrás este verano y daremos paso a un otoño perezoso, al que le ha costado manifestarse, y aún dudo que se quede por completo con nosotros, pero al que esperamos ansiosamente para que nos permita abrigarnos un poco más y disfrutar de la calidez y tranquilidad del hogar, al calor de un buen fuego.
4 comentarios:
Que verano más bonito ha vivido esta chica, espero que haya olvidado todo lo malo para siempre y que afronte el otoño perezoso con las fuerzas recargadas
Un saludo
Qué suerte haber vivido un verano tan estupendo, yo que no he tenido vacaciones este año me muero de envidia :-)
El vestido me parece monísimo, le sienta estupendamente el color, pero seguro que vestida de otoño está igualmente preciosa.
Besos.
Gracias Caja de galletas por tu visita... un viaje agradable ayuda mucho a recargar fuerzas, como tú bien dices. Besos
Ana gracias por tus palabras. Tengo que prepararle algo más calentito para el otoño que con ese vestido va a coger un resfriado similar al que tengo yo ahora mismo jejeje. Besos
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