Cleo y Cloe

 A Cleo le encantan los animales, en concreto, los pájaros. Da igual la especie, tamaño o color.

 Sus padres, conocedores de tan apasionado gusto, por su cumpleaños, la han sorprendido con un fabuloso regalo.

 Por fin va a tener su propia casita de pájaros, sólo para ella, dónde les observará, mimará y alimentará.

 Todas las mañanas, nada más levantarse, va a revisar la casita de pájaros, para ver si sus dos palomas Plum y Plam tienen suficiente comida o agua.

 Seguro que debe ponerle de todo, porque Plum y Plam son muy glotonas y se están acostumbrando excelentemente a los extraordinarios cuidados de Cleo...

 Pero Cleo no está sola, en esta divertida aventura, le acompaña su prima Cloe.

 A Cloe, como buena holandesa, aunque esté de vacaciones visitando a su prima Cleo, le encantan las flores, en todas sus variedades, tamaños y colores.

 Ella dedica gran parte de la mañana a mimar las plantas, regarlas, quitar las flores secas...

 Cleo descubre un pequeño huevo en el interior de la casita...

 Y Cloe, a pesar de su miedo a las alturas, vértigo cómo algunos lo llaman, ha decidido subir para verlo personalmente.

 Y una vez arriba, se da cuenta que las alturas no están tan mal, que allá a lo lejos se divisan unos prados llenos de flores silvestres.

 A Cleo le encanta ver los grandes árboles mecidos por la suave brisa que esta mañana les acompaña.

 Y así pasan las dos primas, Cleo y Cloe, las dulces mañanas de primavera, entre pájaros y flores.

 Y se sienten felices por la inyección de vitalidad que reciben de la naturaleza. Energía que les acompaña el resto del día.

Y aquí dejamos a las dos primas, en su gratificante tarea, y en perfecta comunión con la naturaleza. Besos y gracias por seguir visitándome.